domingo, 23 de septiembre de 2012

Como es ser un perro enorme y abandonado

La semana pasada apareció un nuevo perro abandonado en el monte de al lado de mi casa. Y digo abandonado porque tenía el pelo tan mal que está claro que sus humanos no lo querían.

Ya sabéis que en mi zona dejan muchos animales abandonados (a mí misma me dejaron aquí tirada, aunque yo tuve suerte y pude rehacer mi vida), pero el pobre perro de esta semana tenía una peculiaridad: era un mastín, un mastín enorme y adulto que se quedaba parado en mitad de la carretera, con cara de tristeza, como si fuera el protagonista de un anuncio contra el abandono.

Era tan grande que a mí me daba bastante miedo, y la posibilidad de compartir espacio con él en mi casa era escasa, así que me puse a pensar qué podía hacer por él, además de llevarle comida.

Las protectoras de animales están actualmente abarrotadas, ya no caben más, y el ayuntamiento de la zona ha apostado por la nueva perrera provincial, que dicen que es un centro de exterminio encubierto. Sin saber a quien acudir, se me ocurrió colgar su foto en el Facebook de una protectora con un montón de seguidores, por si alguien lo reconocía.

A partir de ese momento me he enterado de muchas cosas....

La protectora apoyó mi propósito y fue la primera en avisarme de que no era recomendable difundir la situación exacta del animal, porque hay desaprensivos que se dedican a reclutar perros grandes para usarlos de sparring, es decir, para entrenar a perros que participan en peleas clandestinas. Tiemblo solo de imaginármelo. Lo más recomendable era dar mi correo electrónico a personas verdaderamente interesadas en adoptar el animal.

En el Facebook de la protectora difundieron su caso ¡394 personas!, y solo dí una vez mi correo electrónico, pero  me empezaron a llegar mensajes de lo más curioso...

Mi primera sorpresa fue el adoptante voluntario que quería que se lo mandara a Algeciras, eso sí, lo pidió con toda naturalidad, como si se tratara de un paquete. Más adelante, recibí correos de gente que lo quería adoptar en Alemania y en Italia junto con otros que me avisaban de que no me fiara de los italianos; después discusiones sobre el envío de perros al extranjero sin ningún control, que fue derivando hacia la propuesta de practicar la eutanasia a las camadas nada más nacer o sobre la irresponsabilidad que supone intentar sacar adelante a un cachorro encontrado. También me proponían organizar campañas de recogida de donativos para el cuidado del mastín hasta que encontrara hogar.

Tengo mi email ardiendo...

Al mastín ya no se le ve, pero yo he descubierto que hay un montón de humanos preocupados por nosotros y nuestra trágica situación, intentando dar solución a un problema que la administración no quiere ver.

También, que hay otros muchos humanos para los que somos escoria.

Pena de mundo.


1 comentario:

Sura Hermosura dijo...

Hoy una que se lo quiere llevar a Francia y otra más a Inglaterra...