miércoles, 29 de febrero de 2012

Cómo escoger tu profesión

Hay profesiones para perros que son muy dignas y elogiadas, como la de Uggie que es actor, la de Laika que fue astronauta o la de Pancho, que vive de la lotería. También hay otras profesiones para perros menos mediáticas, como los que se dedican a acompañar ciegos (en sentido literal), rescatar personas, cuidar rebaños o competir en agility; pero seamos sinceros, para llegar a ser uno de ellos tienes que haber nacido con estrella, y los perros de andar por casa, que somos la mayoría, no tenemos muchas posibilidades de alcanzar ese sueño.

Para saber cuál es una buena profesión para ti, solo tienes que fijarte en qué cosas te gusta hacer, qué es con lo que más disfrutas... y darle una utilidad.

Yo, por ejemplo, tengo puesto en mi perfil de Facebook que mi ocupación es excavadora de hoyos, y es que es algo que se me da muy bien, solo hay que recordar el buen trabajo que hice en la construcción de mi propia playa artificial (ver post del 14 de febrero).

Pero luego descubrí que también me apasionaba cambiar las alfombrillas de lugar y de forma, dejando correr mi imaginación. Así que me dije, tate, soy decoradora, e intensifiqué más mi afán creativo.

Esas dos primeras elecciones no fueron las más adecuadas, no había hecho un análisis previo del mercado y eran ocupaciones mal vistas, que no me aportaban nada más que disgustos e incomprensión humana. Tenía que buscar en otra rama.

Intuí que lo mío era ser ayudante de cocina cuando me percaté de lo que se hacía dentro de esa habitación. Era un sueño para mí y estuve mucho tiempo mirando fijamente cualquier proceso que ocurriera dentro, aprendiendo cada paso, distinguiendo olores. Pero al final nunca cataba la obra final y eso llegó a desmotivarme, perdiendo afición.

Así que decidí mirar hacia arriba, aspirar más alto. Y desde entonces soy controladora aérea. Ladro cada vez que veo pasar un avión.

Pero bloggera de corazón...

Si eres perro o perra y después de leer mi consejo te has dado cuenta de cuál es tu profesión (no valen las enumeradas al principio), cuéntamelo en sura.hermosura@yahoo.es

Puedo ayudarte a desarrollar tu itinerario profesional.

martes, 28 de febrero de 2012

Cómo orientarte a través de escombreras

Las escombreras son unos montículos de desechos humanos que se pueden ver por el monte donde yo vivo. Las puedes encontrar en el sitio más recóndito y con los más variados contenidos.

Predominan los restos de albañilería en obra menor, pero también las hay de electrodomésticos, muebles o incluso de basura doméstica. Igual que nosotros vamos dejando nuestra marca, a algunos humanos les gusta dejar su huella, que los demás se acuerden de él al ver su obra, que también se acuerden de su madre y de toda su familia… 

Además, eso de ir de noche, por caminos sin asfaltar, disimulando si alguien los ve, es mucho más emocionante que ir a echar la basura al contenedor de la esquina o llamar al ayuntamiento para que pasen por tu casa a recoger la lavadora vieja...

Eso sí, el escombro aquí no se recoge y tampoco existe un punto limpio para llevarlo (dicen nuestros políticos que no hace falta…). Así que, por no pagar, unos cuantos espabilados se van al monte más cercano a dejar su mierda.

Si os perdéis alguna vez por el monte, sólo tenéis que encontrar una escombrera, cerca habrá un camino sin asfaltar, que conducirá a una carretera, que llevará hasta la casa de uno de esos humanos que se creen humanos pero que más valdría que hubieran nacido ratas…

Luego están los que disfrutan escribiendo su nombre en sitios históricos, como el que lo pintó con espray blanco sobre un petroglifo que hay en mi monte. Josito se llama: un lumbreras que prefiere pasar a la posteridad por ser tonto en vez de por listo…

Te has lucido, Josito.

lunes, 27 de febrero de 2012

Cómo es el amor entre los perros (IX) (Blas)

A Blas le conocí al poco tiempo de ser adoptada, fue mi primer contacto con perros después del trauma de mi abandono. Mi actual novio Baco ya me había venido a visitar a las pocas horas de mi adopción, pero yo estaba muy cansada, llevaba un mes vagando de puerta en puerta, suplicando y muerta de hambre, como para echarle una sonrisa... Le gruñí y entendió que no estaba el horno para bollos. Así que ni me acordaba de Baco, cuando conocí a Blas.

Coincidimos un fin de semana en una casa en el campo. Fue mi primer viaje en coche después de la recuperación y vomité todo el camino. Además, estaba perennemente asustada, que si las vacas, los caballos, los perros del pueblo,...Ni me había dado cuenta de la magnífica finca de hierba verde que tenía a mi disposición.

Y llegó Blas, nervioso, simpático y guapetón, dispuesto a todo, y sobre todo a presentarse ante tímidas y asustadizas adolescentes, como yo, ávidas de aprender, sin importar la diferencia de tamaño. Me habló de unas playas de arena fina y agua fresca, con enormes piedras, donde el veraneaba, y me invitó a ir. También me contó que a él casi medio le abandonaron, que en su proceso de adopción hubo un cambio de opinión y tuvo que volver a casa con su madre, la Tola. Con la que convivía desde pequeño.




La Tola puede ser maja, pero como suegra-carabina no os la recomiendo... Cómo explicar la sombra que supuso en nuestra relación la figura de su madre, siempre dispuesta a echar una bronca, o dos, si hiciera falta. Nos coartaba bastante. Aún así a Blas le dio tiempo para comerme un rato la oreja (en sentido no literal) y convencerme para participar en aquella película.

Sé que publicarla va a perjudicar mi "marca personal", o más bien, mi "marca perruna" (quizás también la de Blas), que puede que pierda honorabilidad y que, probablemente, mi novio Baco se enfade, no porque le parezca mal, sino por no habérselo contado antes.

Pero cuando comencé este blog me propuse no mentir ni ocultar nada, así que ahí va la película.
Ah, no es apta para menores de 1 año!


viernes, 24 de febrero de 2012

Cómo es el amor entre los perros (VIII) (Rosi)

Rosi fue la primera perra de mi humana. Cuando ella, mi humana, tenía tres años, la llevaron a elegir cachorro de una camada que había tenido la perra de su abuelo, Marilín. Había tres perritos negros y uno marrón claro. Mi humana escogió el diferente, el medio-amarillo; pero como aún no sabía bien los nombres de los colores dijo que quería el de color rosa. De ahí el nombre de Rosi.

Rosi también tenía apellido, porque una vecina se llamaba igual que ella y cuando gritaban a la perra, siempre salía la vecina, así que Rosi pasó a llamarse "Rosi de Capuchino", otro desvarío infantil de mi humana.

Aunque Rosi era, en teoría, propiedad de mi humana (o por lo menos eso le decían), la perra solo vivía para otra persona: la madre de mi humana. Si ésta no estaba, la perra no comía. Hacía huelga de hambre, y con muy buena voluntad porque no probaba bocado, daba igual el manjar. Cuando ella volvía Rosi se hinchaba de tal alegría que no le importaba correr alocadamente por entre las verduras, aunque sabía perfectamente que era una aberración.

Como Rosi salió muy, muy lista y era conocida en el barrio por esa característica, tenía una larga lista de espera para adoptar a su descendencia, y unos novios muy elegantes que fueron pasando por casa para conseguir la fecundación.

Pero Rosi nunca quiso a ninguno de los preseleccionados porque tenía capacidad de decisión,... y había escogido a un macarrita que solo aparecía en la época de celo y que meaba en la puerta de casa sin parar. Rosi solo se cruzaba con él. Aprovechaba cualquier despiste para consumar. La descendencia se colocaba igual, aunque todos se quejaban de lo feos que salían, esperando que por lo menos fueran listos....

Rosi se quedó preñada por última vez con 11 años. Ya no tenía el celo y nadie esperaba esa sorpresa. Los dos primeros fetos de su interior estaban muertos y el último vivo. El único veterinario de la zona dijo que a su edad, ya con 11 años, no merecía la pena hacer nada. Rosi iba a morir.

Acudieron al tío Jose, carpintero de profesión pero veterinario de corazón. Tenía mucha experiencia en partos de animales, sobre todo de vacas, aprendido de su madre.

Y rápidamente se echó aceite en una de sus grandes manos de carpintero, fue dilatando a Rosi y extrajo, uno a uno, sus cahorros.

Efectivamente, dos muertos... y detrás, una coqueta a la que sus humanos llamaron Tania y la malcriaron con tortillitas francesas de jamón york (su plato preferido).

Rosi aún vivió 5 años más, aunque andaba con las piernas arqueadas debido a la anchura de las manos del tío Jose, como si fuera una vaquera.

Tío Jose, aprovecho este blog para darte las gracias, de parte de Rosi y de todos los animales que salvaste con tu don.



jueves, 23 de febrero de 2012

Cómo es el amor entre los perros (VII) (Porfín)

O, más, bien, debería titularse "Cómo es el amor entre las perras". Porque de eso va hoy el rollo... de rollo bollo.

Cuando conocí a Porfín, acababa de llegar a su tercera casa de adopción. Según me contó, ella era una perrita muy buena pero un día, sin querer, se comió la PlayStation del niño de la primera familia que la adoptó. Ella se había fijado mucho y pensó que el juego consistía en eso, en machacar el aparato, pero se debió de pasar de entusiasmo. No dejó ni los juegos, y tuvo consecuencias.

Al poco tiempo de regresar a la protectora fue nuevamente adoptada, tenía un tamaño ideal para un piso, pelo corto, cara de lista. Pero esta vez tampoco duró mucho: me dijo que algo tenía esa PlayStation que ya no podía dejar de destrozar. Y no superó el periodo de prueba...

El humano que la había adoptado esta vez, le ofreció una casa con un buen campo vallado para expandirse, carreras matutinas por el monte y mucho amor. Prueba de ello es que la llamó "Porfín", para dejar atrás tristes historias.

Porfín era muy dominanta con sus congéneres, no solo era hembra-alfa, es que también era macha-alfa; me agarraba de la pata y me perreaba (nunca mejor dicho). Si yo me intentaba apartar, se enfadaba conmigo, menudo carácter...Un día dimos un romántico paseo al lado del río, entre molinos antiguos,.. y me agarró de la pata con tal énfasis que por poco me tira al agua.

Yo estaba segura de que Porfín había tenido mucha suerte al encontrar a ese humano que la quería tanto, y ella también lo sabía, por lo que tuvo un comportamiento ejemplar los primeros meses.

Después, debido probablemente a aquella PlayStation, empezó a escaparse. Comenzó colándose por huecos sin seguridad,... y al poco tiempo volvía. Taparon los huecos. Luego lo intentó escalando la valla,.. y tardaba un poco más en volver. Subieron la altura de la valla. Y acabó mordiendo la supervalla y tirando de ella hacia abajo, para doblarla... Yo ví en video esa proeza y, de verdad que era digno de admirar esa testarudez y ese aprovechamiento de la fuerza de la gravedad...

A Porfín no había valla que la parara. Y su horario de fugada se amplió, de 9 de la mañana (cuando salía de la casa a mear) a 11 de la noche (cuando le entraba el hambre). Su humano no se podía despistar ni un segundo, ella siempre tenía a mano un buen plan de fuga, del que volvía hecha unos zorros (en sentido no literal).

Hace mucho que no sé nada de Porfín. Me imagino que algún cazatalentos la habrá visto en acción, colgada de una valla solo por la boca y se habrá hecho famosa. Quizás ya tenga un Óscar, como ese tal Uggie, al que se parece tanto... O igual es que Uggie es realmente ella, que va de incógnito...

De lo que estoy segura es de que tendrá a su alrededor un montón de lindas perritas para ejercer de macha-alfa...

Escríbeme, Porfín!


miércoles, 22 de febrero de 2012

Cómo es el amor entre los perros (VI) (Res)

Ya comenté que Res fue el antecesor de Bobby en la casa del vecino. Entendía a la perfección sus silbidos y sabía si tenía que llevar las ovejas a un sitio u otro. También comprendía frases complejas, de esas que a mí me cuesta un buen rato interpretar (digo un "buen rato" por ser benévola conmigo misma, porque realmente la mayoría de las veces no me entero de nada...).

El caso es que a Res le gustaba espantar a los pobres perros abandonados que se acercaban a su casa, la más pegada al monte. Entre sus víctimas estuvo Pistoli, al que siguió cuesta abajo, ladrándole, hasta que el pobre Pistoli paró agotado delante de la casa de mis humanos (ahí tuvo suerte...) y, desde esa, nunca se llevaron bien.

En cuanto Pistoli le veía, se le acercaba con su artrosis y una buena cresta gruñendo, porque a Pistoli le creció la autoestima en cuanto tuvo un hogar. Pero Res no le respondía desde que su humano le dijo la frase: "A Pistoli no le hagas nada, que es del barrio". Nunca más se lo tuvo que repetir. Nunca más. Daba igual que Pistoli le refunfuñara, Res mantenía la compostura.

Aunque lo más curioso de Res era su tendencia sexual. Porque tenía desde hacía varios años una novia, que no era perra,... era zorra. Zorra en el sentido literal. Cada año en la época de celo de los zorros, le iba a buscar y Res se marchaba con ella. Muchas veces me he imaginado que haría Res por el monte con su zorra durante los días que duraba su fuga anual... y no me da la imaginación...

Una vez Res tardaba en volver y sus humanos se preocuparon: llamaron a todas las protectoras y perreras de la zona y le encontraron en la de Vincios. Fueron a buscarle y les hicieron pagar 60€ por devolverles el perro. Nunca 60€ valieron tanto: sacaron a Res de un campo de concentración y exterminio.

Res murió de viejo. Ahora le sustitute Bobby, que no puede competir en inteligencia, pero es que Res era un pastor alemán... y ahora todos sabemos que los alemanes son los que mueven los hilos...


lunes, 20 de febrero de 2012

Cómo es el amor entre los perros (V) (Rass)

Rass era un cachas, mejor dicho un megacachas, tenía un cuerpazo de esos que te hacen girar la cabeza, acompañado por una fuerza descomunal, incontrolada. Rass en vez de morder palos destrozaba troncos. Pero, según me han contado, también era un bonachón, con un corazón tan grande como su pecho.

Con Rass era mejor no jugar, ya lo sabían bien los humanos. Aunque su intención siempre fuera buena, aunque solo pretendiera divertirse, la potencia sin control se le desbordaba y alguien acababa dolorido...

Como Rass era tan guapo y tan bien formado, tuvo muchas proposiciones deshonestas y me consta que, con ayuda mamporrera, alguna descendencia dejó. Pero la perra que más le marcó fue su primer amor, Layla.

Layla era blanca, guapa, lista, con carácter, pero bastante transtornada debido a su "profesión". Tenía encomendada la misión de proteger la mercancía de un camión, por eso pasaba muchas horas dentro, sin luz solar, haciendo kilómetros.

Rass no sabía nada de su vida cuando la conoció; pasó 3 días con ella y quedó marcado. A partir de ese momento, cuando escuchaba el nombre de "Layla" pegaba un salto, un salto enorme que superaba las cabezas de los humanos sentados en el sofá. Daba igual que estuviera dormido y que hablaran de Layla susurrando, el resorte se accionaba y Rass salía volando.

A Rass le mató un garrapata después de un largo fin de semana en la sierra del Xurés. Estaba triste, dejó de comer y no le afectaba ni el jarabe antianoresia que le recetó el veterinario. Se consumió.

Pero yo creo que, además de la garrapata, a Rass le entristecía el recuerdo de Layla, de su penosa situación, de la amargura de su existencia, de lo que pudo ser y no fue...


domingo, 19 de febrero de 2012

Cómo es el amor entre los perros (IV) (Bobby)

Cuando tuve claro que Baco tenía una fisura en su amor y que Chichi cada vez se introducía más por ella, hice de tripas corazón y decidí utilizar mis encantos para disfrutar de nuevas experiencias.

Desde pequeñita tuve un don para la atracción fatal, no sé si por las feromonas o por las ferochitas, pero el caso es que gusto a todos, así que empecé a tontear cada día con uno diferente...

Gomez, Troll o Max, cualquiera me valía...







Andaba yo así, bastante despendolada, picoteando de aquí y de allá, cuando llegó un nuevo vecino al barrio: Bobby, de mi edad. A Bobby ya le conocía de antes, de cuando vivía atado a una cadena en una caseta al lado del río. Siempre que me daban una vuelta por esa zona le veía y me daba bastante miedo porque siempre estaba enfadado, me ladraba y parecía muy sucio. Su humano le llevaba comida y le sacaba a pasear algunas tardes, pero el resto del día lo pasaba absolutamente solo, con su cadena y su frustración.

Un día el vecino de cerca de mi casa decidió adoptarlo. Le había muerto Res, un pastor alemán super listo que le cuidaba las ovejas, y se apiadó de Bobby. Habló con su humano y se lo llevó a casa. Lo bañó, lo mimó y cuanto volví a verle era otro perro. No era aquel guarrete malencarado que me daba miedo, se había convertido en un tipo limpio, guapo, orgulloso de ser perro, que me ha empezado a rondar...

Aún no he sacado una foto a Bobby porque no quiero mostrarle mi interés, solo le he comentado que tengo una relación complicada...

viernes, 17 de febrero de 2012

Cómo es el amor entre los perros (III) (Chichi)

Y como conté ayer, Chichi apareció por el barrio para roer la relación idílica que manteníamos Baco y yo.

Cuando ví a Chichi por primera vez, se dedicaba a recorrer la calle de arriba abajo, muy segura de sí misma,... y nadie pensaba que estaba abandonada. Era pequeñita, con cara de lista, de buen aspecto, de esas muy adoptables. No era el prototipo de perro abandonado en la zona. Y siempre daba la impresión de que volvía a casa...



Se la dejó de ver una temporada, lo que rearfimó la hipótesis de perra escapista pero con dueños. Un mes más tarde volvió a pasar por la calle, y a pasar, y a pasar,... y pasaron los días, y Chichi fue perdiendo su buen aspecto, estaba adelgazando y en alguna de las esquinas se le había escapado la mirada de saber dónde vas.

Y resultó que la hipótesis era falsa. Chichi no era escapista, había sido abandonada en el barrio después de un tiempo de ser recogida por un vecino, para su madre. La madre del vecino no la quiso y los perros del vecino la querían morder: decidió dejarla donde la había recogido. Por eso Chichi volvió a aparecer.

Ante la nueva situación, la dueña de Baco no dudó en adoptarla, y ella, que es más lista que Baco y yo juntos, empezó conquistando el sofá y, después, un trozo del corazón de mi novio.

Ahora jugamos los tres, yo a correr como una loca y ellos, los dos, a reñirme. Se podría decir que somos un trío, un triángulo, pero un triángulo isósceles donde yo soy la base. Y cuando consigo ablandar a Baco, Chichi nos analiza con odio en la lejanía.

Hoy, como prueba de que todo, absolutamente todo lo que cuento en mi blog es verdad, os dejo un vídeo donde se aprecia mi relación apasionada con Baco mientras que nos observa la peligrosa Chichi...


jueves, 16 de febrero de 2012

Cómo es el amor entre los perros (II) (Baco)

Yo sí que tengo novio formal. Es mi vecino Baco.

A Baco también le abandonaron, en mitad del monte y muy pequeñito, tendría un mes y 20 cm. cuando se cruzó con la vecina, y se lo trajo al barrio.

Resaltaban los hongos que tenía en el morro y una diarrea con muy mala pinta. Pero se salvó.

Ahora tiene 5 años y aunque es muy guapo, bueno y listo (hasta es capaz de distinguir la derecha de la izquierda) es un poco mayor para mi. A mí me gusta jugar a lo loco y a él controlar la situación. Si mis humanos se tienen que ir y no me pueden llevar, me quedo con Baco... y acaba agotado.

Hemos decidido no tener descendencia, o, más bien, creo que no podemos tenerla,... o no nos dejan tenerla, no sé exactamente. Yo, la verdad no me veo preparada: soy incapaz de dejar una alfombrilla viva...

Así que Baco y yo vivíamos envueltos en un amor idílico hasta que se metió Chichi en nuestra relación.

Como su nombre indica, Chichi vino pisando fuerte... Tened cuidado con las perras que se llamen Chichi...

Pero eso os lo contaré otro día....

miércoles, 15 de febrero de 2012

Cómo es el amor entre los perros (I) (Durruti)

Durruti fue otro perro recogido por mis humanos con 6 meses; vivió con ellos 9 años y viajó también un montón. Le llevaban a todos los sitios y eso que se portaba muy mal, mucho peor que yo...

Aunque con los humanos en general tenía una buena relación y era muy cariñoso, Durruti no soportaba a sus congéneres; se obsesionaba con pelearse, le daba igual que fueran perros o perras, grandes o pequeños, jóvenes o viejos. Y lo que más le gustaba era ponerles después la pata encima, como símbolo de vencedor. El veterinario decía que se creía el único macho alfa existente y de eso iba,... a pesar de tener solo un testículo.

Pero Durruti tenía una debilidad muy grande en forma de perrito de aguas llamado Pepino. A Pepino no le mordía, era el único perro al que consideraba amigo, amigo íntimo, más que amigo. Cuando se encontraban, Durruti montaba a Pepino, hasta llegar al climax... y después se dejaba montar por Pepino!. Estaban claramente enamorados.

Durruti no tuvo ninguna novia, las mordía a todas antes de presentarse, pero parece que no las necesitaba. Pepino cubría sus necesidades.. y también sus lomos.



martes, 14 de febrero de 2012

Cómo crear tu playa particular

Me encanta ir a la playa, derrapar por la arena y hacer buenos agujeros.Mis humanos lo saben e intentan llevarme a menudo. Por eso, cuando he visto que traían a la finca un enorme saco lleno de arena, enseguida he entendido mi cometido y me he puesto a trabajar en ello.

Me he pasado la mañana esparciendo la arena para construir nuestra propia playa. He conseguido extenderla por todas las esquinas, con todas mis fuerzas y todo mi empeño.

La playa artificial ha quedado fenomenal, pero a mis humanos no les ha gustado mi trabajo. Me han reñido y castigado. Me imagino que no están contentos porque he construido una playa con arena, pero sin mar, ni chiringuito...

Cuando me levanten el castigo lo intentaré de nuevo. Volveré a esparcir la arena y buscaré agua para conseguir el efecto mar, más no puedo hacer. Espero que esta vez queden contentos y podamos disfrutar juntos de nuestra playa particular.

Ya os contaré...

lunes, 13 de febrero de 2012

Cómo disfrutar de un fin de semana (Xana y Swayer)

Este fin de semana me llevaron a conocer a mis primos Xana y Swayer.

Xana tiene 8 años, es fuerte, segura de sí misma, controlada y muy inteligente; entiende muy bien a los humanos, sobre todo a la suya, con la que mantiene una relación telepática. Xana es una líder, una hembra alfa, y lo sabes nada más conocerla (o si te despistas, ya está ella para recordártelo…). Lo mejor es asumirlo.


Swayer es un alocado como yo, joven, ágil, con ganas de jugar,… y con unos ojos amarillos que te secuestran sin pretenderlo. Solo entiende catalán y me contó que llegó a esa casa de cerca de Coruña desde Barcelona, que sus antiguos humanos le dejaron dentro de un taxi para perros y apareció en casa de Xana y Suki. Suki era su mejor amiga y ya no está; me contó Swayer que hace poco los dos planearon una travesura que acabó en tragedia, …y me dijo que nunca pruebe el veneno para caracoles. Swayer lo pasó muy mal pero sobrevivió y, desde entonces tiene un lazo especial con su nueva humana.

Swayer también me contó que Xana no era tan perfecta como parece, que tiene un vicio irremediable y que cae una y otra vez en él: le encanta la comida-basura, más bien, la comida de la basura. Algunas noches se escapa a darse un homenaje saltando una valla imposible para nosotros y, en teoría, ahora también para ella, que tiene un problema en las vertebras por la edad.

Xana siempre vuelve a casa después de la escapada y llama para entrar, excepto una vez que la arrestó la policía. Es la mancha en su historial, y poco se acuerda de ella cuando se pone en plan institutriz, controlando que Swayer y yo no desfasemos…


Para máximo entretenimiento este fin de semana también conviví con tres gatos y dos gallinas, que me llevaron por el camino de la amargura.

Hoy llevo todo el día durmiendo, el fin de semana me dejó fatal, pero cuando se me caen los párpados solo veo el amarillo de los ojos de Swayer, fijos en mí, mientras que le hablo catalán en la intimidad...


miércoles, 8 de febrero de 2012

Cómo estropear una posible adopción (Cruzadito)

Cruzadito apareció en la casa de mis humanos antes que yo, y estuvo a punto de ser adoptado.

Apareció el primer día de un largo puente festivo en plena euforia de Chikilicuatre, de ahí el nombre. También empezaron a llamarle Cruzadito porque tenía muy mal carácter. Se instaló a la puerta de la casa y decidió no dejar pasar a nadie; gruñía y lanzaba mordiscos gratuitos.

Cruzadito era un cruce de pekinés (con más posibilidades de adopción que los que somos grandes) y se le veía adulto, sano, listo, pero entró en el proceso de adopción con muy mala pata...

Mordió a mis humanos y a sus vecinos, casi muerde al gato de la casa... y a todo el que le pasaba por delante.

Tuvo 4 días para enmendar su comportamiento, pero no lo intentó; ni siquiera mordía por nervios, lo hacía con chulería y malintencionadamente. Al 5º día mis humanos llamaron al ayuntamiento para ver qué solución les daban, e inmediatamente les enviaron una furgoneta de una "protectora" (así la definieron); nada más llegar fueron recibidos por un buen mordisco.

Cruzadito tuvo mala suerte, muy mala suerte, no solo por no ser adoptado por mis humanos, también porque aquella "protectora" después un tiempo empezó a ser conocida, en las noticias, en los periódicos y, sobre todo en las Redes Sociales. Aquella "protectora" no protegía, era la perrera de Vincios.

http://www.farodevigo.es/comarcas/2012/02/08/guardia-civil-imputa-supuestos-sacrificios-control-dueno-perrera-vincios/621832.html

http://www.lucesenlaoscuridad.es/grabaciones.php?elemento=2889

Mis humanos intentaron encontrar a Cruzadito, pero desde Vincios daban largas. Escucharon que tenía dos espacios, el de los perros adoptables (cachorros, sobre todo) y el lado oscuro, donde iban los que se comportaban como Cruzadito.

Seguro que su mal carácter era producto de alguno de esos que se creen humanos, tan humanos como los que nos miran y solo ven un negocio.

No he encontrado una foto de Cruzadito, pero creo que se parecía al negro del medio.

martes, 7 de febrero de 2012

Cómo conseguir que nos guste el fútbol

Esta tarde toca hablar de fútbol. No queda más remedio porque hoy vuelve a jugar el Mirandés. Mi equipo.

Hasta hace unos cuantos meses no sabía que yo tenía equipo preferido. Ni siquiera me interesaba eso de ver correr detrás de un balón. Y era un balón, que me pierden... Pero verlo en la tele no es lo mismo.

Así que el fútbol me era indiferente, hasta que hace poco tiempo el Mirandés (2ª división B) se enfrentó al Villareal (1ª división)... y el Villareal quedó eliminado de la Copa del Rey.

La palabra GOL en versión gritada alargando la O, acompañada por saltos absurdos gesticulando, mientras que levantan los brazos con cara de locos... Me encanta. Ese momento me trastorna....

Yo también salto, y pongo cara de loca... y también muerdo todo lo que puedo y todo lo que pillo, sin apretar mucho, pero disfrutando. Y hasta parece que no les importa... Incluso me puedo subir al sofá y ponerme a saltar encima: ¡les hace gracia!

Así que ahora ando nerviosa, esperando a que llegue la noche, que el Mirandés hoy se juega la semifinal.

Deseando que griten GOL!,... por lo menos dos veces... Y, al final del partido, un montón de OE's!, que esos también me gustan.

Se lo merece.

AUPA MIRANDÉS!!

lunes, 6 de febrero de 2012

Cómo, después de la tormenta, sale el sol (Tor)

Mi primo Tor sabe muy bien lo que son los truenos y las tormentas, con sus rayos y centellas..., porque mi primo Tor vivió su infancia rodeado de oscuridad y de intranquilidad, con miedo y necesidad...  hasta que se encontró con el Sol (o más bien el Sol le encontró a él).

Me contó que pasó hambre, sed y mucho calor, encerrado en una terraza, olvidado a su suerte.... Me dijo que luego vivió metido en un garage, día y noche, con nada más que hacer que seguir y morder su propio rabo, dando vueltas sin parar. Me contó que, a veces, le juntaban con un mastín muy agresivo que le aterrorizaba...

Y Tor vivía en una tormenta continua hasta que un día llegó el Sol, en forma de niña, a salvarle; se lo llevó a su casa y le compensó por todo lo que había sufrido antes.

Tor ahora sí que es el dios del trueno y no teme a las tormentas; Tor ahora también es el dios del corazón de su Sol.

Tor ahora ya no ve centellas, solo centollas, ... y percebes y bogavantes... que para eso vive en Galicia!

domingo, 5 de febrero de 2012

Cómo disfrutar de tu sitio en el sofá de la sala

Aunque creas que tu sitio en el sofá de la sala está merecidamente ganado y ya lleves tu tiempo disfrutando de ese privilegio, si quieres no perderlo es muy importante no transmitir a los humanos esa sensación de seguridad... Aunque un perro distinga su manta colocada en la esquina de un sofá, no debería reivindicar abiertamente que ese sitio le pertenece...

Al humano le gusta pensar que él es el último dueño del sofá, y puede suprimir tu derecho adquirido en cuanto vea un movimiento en falso. Es algo parecido a lo que a ellos les pasa con sus casas, que se creen que son suyas y, al final, resulta que son propiedad del banco...


Por eso es muy importante pedir permiso para subirte a tu parte del sofá. Prepárate alguna postura del tipo "levantar la pata previamente" o "apoyar la cabeza sobre el límite del sofá" para que ellos lo interpreten como una solicitud de permiso. Con esta táctica, no solo les dejarás encantados, parecerás listo y educado e incluso puedes optar a aumentar tu porcentaje de sofá.

Si te subes sin pedir permiso previo te arriegas a una mala reacción humana, a quedar como un "jetas", y a que tu derecho quede inmediatamente suprimido.

Echarte una buena siesta en el sofá de la sala merece un poco de teatrillo...

sábado, 4 de febrero de 2012

Cómo encontrar una familia de adopción cuando otra te ha abandonado (Sura)

Ya conté en mi presentación que yo también fui una perra abandonada... no me gusta hablar de ello y menos recordarlo, pero hoy voy a hacer una excepción...

Lo peor no es el hambre o el frío, no, lo peor es la incapacidad de comprender qué es lo que está pasando. Esa incapacidad se trasmite en nuestra mirada. Es que no te enteras; no sé cómo se lo montan pero disimulan tan bien sus intenciones que no te puedes creer que te hayan dejado tirada. Y esperas a que vuelvan a buscarte, esperas y desesperas, e incluso te preocupas por si les ha pasado algo...

En mi caso tuvieron el detalle de abandonarme en el monte con unos 6 meses, pero no lejos de un núcleo de casas. Encontrar algo para comer, malamente, no es muy difícil, lo complicado es que te metan dentro de casa. Aquí la insistencia también es primordial, aderezada con su dosis de gestos lastimeros (que no cuesta nada poner, porque salen de dentro).

Tienes que elegir una casa y centrar tus esfuerzos en ella. Es preferible que la casa no tenga ya más de un perro y que sus dueños no te traten de forma agresiva la primera vez que te ven. Te sientas delante y empiezas a lucirte, aunque no esperes que te vaya a ir bien en el primer intento...

Yo lo intenté con varias casas, me mordieron algunos perros y me coceó un caballo; pero, después de un mes entero buscando familia adoptiva, cuando ya no tenía fuerzas para lucirme, ni para andar, ni siquiera para ladrar, escogí sin saberlo el mejor sitio, una esquina con helecho...

Cuando los humanos de esa última casa me vieron, no se lo pensaron un momento: me dieron de comer, un buen baño y al veterinario.

Si mi antigua familia está leyendo esto y me reconoce por las fotos, aprovecho para decirles que no me vengan a buscar, que ya no los espero... y, también, que se preparen cuando lleguen a viejos, porque enseñaron muy bien a sus hijos lo que hay que hacer con los que estorban...


jueves, 2 de febrero de 2012

Cómo conseguir un sitio en el sofá de la sala (Pistoli)


El objetivo de hoy es aprender a conseguir que a los humanos les parezca normal reservarnos un sitio en el sofá.

Ya os adelanto que los primeros pasos van a ser difíciles... que va a retumbar algún NO! y algún grito más. Porque muchos humanos piensan que los perros tenemos nuestro lugar y ellos el suyo. Y, justamente, han decidido que el sofá es el suyo..., no son poco listos...

Lo importante es ser persistente y concentrarse en los gestos: hay que perfeccionar una mezcla entre lástima y candidez. Intentarlo una y otra vez, mirarles a los ojos y trasmitirles que subir al sofá es, en ese momento, la razón de nuestra existencia.

Un maestro de este arte fue Pistoli, mi antecesor en casa de mis humanos.

A Pistoli le abandonaron el primer día de la temporada de caza. Además de montones de pulgas y garrapatas, tenía cataratas en los dos ojos y una artrosis muy avanzada que le hacía cojear: Pistoli no superó la prueba y allí quedó, en mitad del monte, lloviendo a cántaros. Se había hecho mayor y ya no servía para cazar.

Cuando mis humanos le encontaron estaba agonizante y empapado, no reaccionaba. Le prepararon una caseta para que no se mojara más y le dieron de comer algo caliente. También decidieron darle una vejez digna.

El veterinario dijo que, además de poblemas de vista y de huesos, tenía infecciones en los dos oídos y un soplo al corazón.

Con pastillas de cartílago y un ungüento que le regalaron los primos de la Patagonia, empezó a mejorar de la artrosis y a especializarse en provocar compasión. En una semana tenía su sitio en el sofá con su propia manta.

Pistoli vivió feliz durante 6 meses; a veces, incluso, se escapaba detrás de algún conejo y olvidaba su cojera. Recibió más cariño en ese tiempo que en sus más de 10 años de vida juntos.

Un día Pistoli dejó de comer, su sopló al corazón había afectado al bazo. Y ya no está aquí. Yo ocupo su lugar. Pero estoy segura de que esté donde esté, ya tendrá su propio sitio en algún buen sofá. Bueno era...


miércoles, 1 de febrero de 2012

Qué hacer si asaltan la protectora cuando tú estás dentro

Noticia del periódico de hoy:
El enésimo robo en la perrera de Vilagarcía reaviva la petición de cámaras

Justamente de esto es de lo que hablo: ¿se creerán humanos esta colección de desgraciados que se dedican a entrar a robar en las protectoras de animales y se llevan la comida de los pobres perros abandonados? Seguro que sí, seguro que se creen humanos, y encima listos...

Si algún día os encontráis, por la noche, dentro de una protectora (toca madera) y véis cómo alguien salta la valla, es mejor que no os acerquéis: la estupidez humana no tiene límites y no se sabe cómo va a reaccionar un elemento tan ruin y rastrero. Dejádle que se lleve vuestra comida y cruzad las patas para que se atragante con ella.

Un humano no es humano sólo porque se crea que lo es.