domingo, 5 de febrero de 2012

Cómo disfrutar de tu sitio en el sofá de la sala

Aunque creas que tu sitio en el sofá de la sala está merecidamente ganado y ya lleves tu tiempo disfrutando de ese privilegio, si quieres no perderlo es muy importante no transmitir a los humanos esa sensación de seguridad... Aunque un perro distinga su manta colocada en la esquina de un sofá, no debería reivindicar abiertamente que ese sitio le pertenece...

Al humano le gusta pensar que él es el último dueño del sofá, y puede suprimir tu derecho adquirido en cuanto vea un movimiento en falso. Es algo parecido a lo que a ellos les pasa con sus casas, que se creen que son suyas y, al final, resulta que son propiedad del banco...


Por eso es muy importante pedir permiso para subirte a tu parte del sofá. Prepárate alguna postura del tipo "levantar la pata previamente" o "apoyar la cabeza sobre el límite del sofá" para que ellos lo interpreten como una solicitud de permiso. Con esta táctica, no solo les dejarás encantados, parecerás listo y educado e incluso puedes optar a aumentar tu porcentaje de sofá.

Si te subes sin pedir permiso previo te arriegas a una mala reacción humana, a quedar como un "jetas", y a que tu derecho quede inmediatamente suprimido.

Echarte una buena siesta en el sofá de la sala merece un poco de teatrillo...

2 comentarios:

beatriz dijo...

Hola Sura te he de decir que Tor sigue tus consejos a pies puntillas.
En "su sitio del sofá" sube sin preguntar pero cuando se trata del mío...apoya el morrito y me mira toooooodo el tiempo que haga falta para que le de permiso.
"Sois unos ases"

Sura Hermosura dijo...

Ya sabía yo que Tor era muy listo...