lunes, 26 de marzo de 2012

Cómo disfrutar de un fin de semana (Boiro)

Me gusta Boiro. Y no es un perro...

Me pierde que pongan pincho gratis en todos los bares, bañarme en sus variadas playas no turísticas, y disfrutar del encanto de la península donde se encuentran los Castros de Neixón.

Este fin de semana disfruté mucho allí. Fui la primera en despertar a las gaviotas por la mañana temprano y también la primera en ver cómo se juntaban más de 80 mariscadoras para recoger las algas que afectan al marisco.


En el terreno del Centro de Interpretación de los Castros de Neixón conocí a Jacky y a su hermanastra Sandra, ambos adoptados por la misma humana. Con Sandra no pude relacionarme porque su única y obsesiva intención era la de pegarme un buen mordisco, menos mal que estaba atada, pero Jacky me contó que le habían abandonado muy pequeñito a la puerta del Centro. Se dedicó a seguir a las visitas por si alguna se compadecía, pero no recibió más que patadas hasta que su humana le recogió. A Jacky le quedó un mal regusto de su experiencia y no juega. Yo salté alrededor de él, le amagué, hice todas las tontadas de mi repertorio... pero se mantuvo triste y serio.



Allí mismo conocí también a un humano especial que decía que era medio lobo y que por eso asustaba a la mayoría de los perros. Me contó que incluso había tenido tres garrapatas agarradas a su propio cuello. Sabía hacer fuego frotando palos y lanzaba flechas de punta de piedra sobre diferentes blancos con forma de animal.

A mí no me asustó, es más, noté que me quería tanto que le di una pata sin que me la pidiera. Luego empecé a lamerle la cara y se dejó. Cuando le metí mi larga lengua de más de una cuarta en su boca (como me gusta tanto hacer a todos los humanos que pillo por sorpresa...) no protestó ni me apartó: ha sido mi primer beso de tornillo con un humano voluntario.

En fin, he disfrutado mucho en Boiro; lo único que me fastidia es que con tanta emoción se me olvidó la concentración contra el maltrato animal de este domingo y era mi oportunidad de conocer en directo a mis primos Tor y Tara y también a sus amigos...

Siento el plantón. No tengo perdón. Me perdió el subidón...

1 comentario:

Anónimo dijo...

en boiro hay mucho animal humano!