lunes, 21 de mayo de 2012

Cómo es tener un sentimiento (II)

Ayer volví a ver a Lola. Ya hacía más de quince días que no estábamos juntas y las dudas sobre nuestra relación picaban como pulgas.

Apareció a la puerta de mi casa con su humano, de repente, sin avisarme, sin darme tiempo para prepararme; menos mal que me habían bañado unos días antes...

Se comportó como siempre, como si no pasara nada, olfateando todo, como si hubiese llegado hasta la puerta de mi casa siguiendo el rastro de un conejo imaginario. Parecía que no hubiese leído los correos que le envié con mis dudas o lo que escribo sobre nuestro sentimiento en este blog.

Tuve tan mala suerte que, justo cuando estaba en pleno desarrollo de una calurosa bienvenida para mi Dolores, va y aparece mi novio Baco, seguido, naturalmente, de su amante oficial Chichi. 




Y sin pararse a recapacitar sobre cómo llevo yo que él tenga una amante oficial, se le acerca a Lola con una cresta que parecía el rey León en sus mejores momentos.


(Parece que, de pronto, le importa con quién me relaciono...)




 
Menos mal que Lola pasa de todo y se dejó oler e interrogar impertérrita.

Primero por Baco, y después por Chichi, muy metida en su papel de primera dama del harén. Yo intentando que no la molestaran...

Encima, ambos pretendían que les invitara a comer, que ya saben que siempre guardo algo de comida por si tengo visita.

No me querían dejar a solas con mi reina...






Y le tuve que decir a Baco lo que me está pasando, que tengo un sentimiento hacia Lola y que voy a apostar por esa relación.

Se enfadó, mordió un palo con saña y se marchó con Chichi entre las piernas...







En cuanto desaparecieron, demostré a mi Dolores la Rubia (así le gusta que la llamen) que cuando le susurro que le voy a comer la boca, se lo digo de verdad, literalmente, porque me cabe todo su morro dentro del mío. Estamos hechas la una para la otra...
  
 Y pasamos la tarde corriendo como locas, retozando en la hierba despreocupadamente o compartiendo tiernamente el mismo palo emulando a la Dama y el Vagabundo (aunque en este caso se trate de dos vagabundas que se han convertido en damas...).


También aprendimos nuevas posturas para nuevos juegos que están despertándonos nuevas sensaciones (pero de este hecho no hemos querido dejar demasiada constancia gráfica...).


Hemos quedado que un día de estos vamos a pasar la noche juntas, en su casa o en la mía, da igual. Lo importante es encontrar un ámbiente íntimo para aclarar sentimientos y perfilar futuros en común.

Espero que lo de llamarse "Dolores" no sea una señal de lo que a mí me espera...

Cuídame, Lola, que aunque parezco muy grande, tocha y bruta, tengo un corazón muy tierno... que se derrite en cuanto te huele...

2 comentarios:

Unknown dijo...

Ummmmmmmmmmm Suraaaaaaaa cada vez que sopla vento ao mar entra unha maruxia cargado co teu perfume canino.Só lle pido a vida que envíe unha tempestade dende as Illas Cíes para que esa maruxía entre no meu fogar como un terremoto.

Sura Hermosura dijo...

Moi grande terá que ser esa tempestade para que chegue ata o teu fogar máis alá das montañas, pero no amor todo é posible, Loliña do meu corazón.