viernes, 4 de mayo de 2012

Cómo ser una "locatis" (II)

(Continúa)

Si me permiten el acceso dentro de casa después de estar vigilando la finca (o cotilleando a ver qué hacen los vecinos), siempre entro como pisando huevos, sigilosamente, encogida, no vaya a ser que mi hermanastro gato Ovni, de sorpresa, se me lance desde alguna viga (aunque al pobre nunca se le ha pasado por la cabeza hacer algo así...). Y voy para alante y para atrás, que parece que ando a lo chiquitistaní...
Luego me animo y hago una revisión olfativa del espacio, recopilando información sobre dónde ha estado, qué, cuánto o dónde ha comido o cagado. La información es poder...




Si de casualidad me encuentro a mi hermanastro en la finca y echa a correr, yo soy la primera en seguirle el juego; pero si se queda parado yo tampoco me muevo. Y podemos pasar así horas, mirándonos fijamente, a ver quién gesticula antes, quien hace el primer movimiento. Nos quedamos los dos tan quietos que aún nos podríamos sacar un dinerillo si nos colocaran en una calle principal con un vaso en el suelo...

Pero cuando me tumbo en mi sitio del sofá recibiendo mimos y caricias a la vez que susurros en la oreja, aunque pueda parecer que me pongo un poco "locatis", más bien lo que estoy es "borracha de amor"; me abro de patas y me ofrezco emitiendo un ronroneo gutural, mientras que hago que mastico todo lo que tengo delante, me da igual que sea una manta, un sofá, una mano o un brazo, culminando la performance con una postura tipo yoga de cabeza en el suelo y el culo en pompa.

Ay si me pillara Baco cuando estoy borracha de amor...


No hay comentarios: