lunes, 28 de mayo de 2012

Cómo es tener un sentimiento (III)

Ayer volví a ver a mi novia Lola.

Me pilló de mal humor porque ya llevaba una semana sin saber nada de ella, regruñendo por los rincones; me desespera que esté siempre haciéndose de rogar, que no me llame ni me escriba...

Lola también llegó enfadada por el atasco que le había tocado soportar de camino debido a una carrera ciclista dominguera, con lo poco que le gusta ir en coche...


  Así que ambas estábamos tensas cuando nos vimos, y aunque al principio nos besamos efusivamente, después se empezaron a caldear los ánimos y comenzamos a mostrar lo peor de nosotras mismas.

Hasta que escuchamos un grito humano...

Menos mal que para eso están los humanos, para poner orden en nuestras vidas (o eso dicen)...


 
Al momento se nos había olvidado el mal rollo y ya estábamos dándole al rollo bollo.

Lola primero se dejó querer y se hizo de rogar, pero luego sucumbió a mis encantos...

También es cierto que un poco antes le había regalado una pata de cerdo tamaño natural que pitaba al morderla, idéntica a otra que tengo yo. La tenía impresionada...




Y las hormonas funcionaron y la pasión animal fluyó...








Y al terminar, formamos con nuestras patas delanteras una piña...,







 
...y con nuestro muslamen un corazón...






 



Tanta pasión sobre un sofá humano hizo que, de repente, me diera el ataque que denominan "borrachera de amor" y me puse a realizar piruetas sin sentido con el culo en alto, para mayor placer de Lola que me miraba emocionada.



 
Fue tanto el amor que se respiraba en aquella casa, y sobre todo en aquel sofá, que nos prepararon para cenar una pizza con forma de corazón... pero se la comieron ellos porque nosotras habíamos perdido el apetito (sólo el gastronómico)...


Todo fue idílico hasta que llegó la noche y nos tuvimos que despedir. Si ya es duro el momento por sí mismo, todo se complicó cuando Lola se empeñó en que quería llevarse a su casa mi pata de cerdo, además de la suya. Y me quería convencer de que ambas eran sus propias patas...

Yo al principio caí en el engaño, ...  pero luego me di cuenta de que Lola pitaba al andar...

Me asusta que mi Dolores sea más lista que yo.


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